NO EXTRAVIADOS, TRABAJANDO
Objetos de uso cotidiano en tierra se convierte en……
El Caribe se hace presente cuando sus aguas se agitan y necesitamos saber qué hacer, por dónde ir; necesitamos direcciones y señales. Necesitamos esas señales para proteger el maravilloso don de la vida que tenemos de los oleajes y ventiscas.
El paisaje es hermoso, la bahía espectacular. Un azul hermoso en las aguas del Caribe. Un mar que se levanta con la brisa y que es inmenso. Así como inmensos son los peligros que nos encontramos en sus preciosas aguas.
Las precariedades de vida de los habitantes de las áreas costeras se hacen presente en sus ropas raídas en sus embarcaciones destartaladas y en sus señales improvisadas. En la mejor de las circunstancias en señales viejas y corroídas. Las carencias se hacen presentes sin palabras al ver sus señales en el mar. La improvisación se hace presente por la necesidad. Se está a la espera de una mano amiga que los ayude a señalizar su paso sin embargo al no llegar esa mano, al dilatarse la imaginación los hace ver el mundo más allá del alcance de sus manos y de sus pies.
Las señales indican peligro, también indican donde están sus redes o trampas de pesca que se pueden convertir en trampas para los humanos.
Sin proponérselo estos Objetos ahora convertidos en señales en el mar anuncian la escasez. También indican el paso del tiempo y la falta de recursos para mejorarlas. Cuando vemos un Objeto mentalmente hacemos un inventario de donde lo podemos encontrar, en que lugares usualmente están y para que funciones fueron diseñados. Ellos hacen su función, la cual pueden hacer o son capaces de hacer. Sin embargo muchas veces vemos esos Objetos haciendo funciones para las cuales no fueron diseñados y en lugares en los cuales no deberían de estar.
No hay que fijarse de las apariencias. Somos muchas veces engañados por las apariencias de la verdad.